lunes, 28 de febrero de 2011

Caro, pero el peor.

“Macri hace un gobierno caro”

Gonzalo Ruanova, legislador de Nuevo Encuentro, comparó en base al Presupuesto el incremento de los gastos en cargos políticos del gobierno PRO. En 2010 ascendían a 644, y los proyectados para este año son 1256. Los contratos implican 100 millones de pesos.

 Por Werner Pertot
El legislador de Nuevo Encuentro, Gonzalo Ruanova, denunció que la gestión de Mauricio Macri, lejos de reducir el “gasto político” en la ciudad, como prometió el líder del PRO en 2007, lo hizo aumentar en un 95 por ciento del año pasado a éste. Según un estudio del legislador, basado en el proyecto de presupuesto macrista, los cargos políticos en el Gobierno porteño ascendían a 644 en 2010, mientras que ahora alcanzan a 1256 personas. El volumen de contratos le cuesta a la ciudad cerca de 100 millones de pesos por año. “El de Macri es un gobierno caro, ineficiente y que, al igual que con los 76 vetos, tiene un doble discurso constante. Prometió disminuir los cargos políticos y no sólo los duplicó, sino que además tiene todas las designaciones sin concurso”, sostuvo Ruanova.
Durante la campaña de 2007 e incluso cuando ya había sido electo jefe de Gobierno, Macri aseguró que iba a reducir el gasto político. “Del gobierno de Ibarra para acá fue el que más desarrolló el clientelismo político. Se nombran y la gente no se va”, sostuvo el líder de PRO. “La Constitución de la ciudad tiene muchos errores. Todo ha sido diseñado para ver cómo hacemos para poner más gente. Por lo menos, hay entre 10 y 15 mil ñoquis políticos”, se quejó. Macri prometió una y otra vez reducir el “gasto político” e incluso difundió una plataforma en la que se comprometió a hacer concursos públicos y abiertos para “cubrir los cargos con funcionarios capaces y eficientes”. Finalmente, hizo su entrada triunfal en el gobierno con el despido de 2400 contratados, sobre los que aseguró que eran ñoquis.
Según un cuadro comparativo de Ruanova –que elaboró en base a los datos del Presupuesto 2011 que presentó el PRO– hay 1256 funcionarios políticos nombrados por Macri o por sus ministros. En 2006, los cargos políticos ascendían a 427. En 2008, el primer año de gestión de Macri, eran 603. En el segundo año de gestión del PRO llegaron a 676. Para 2010, eran 644. Este año, prácticamente se duplicaron. “Mientras en 2006 los funcionarios políticos representaban menos del 0,3 por ciento del total de personal del gobierno de la ciudad, para el año 2011 se alcanzaría casi el 1 por ciento”, señala el informe de Ruanova.
El legislador del espacio de Martín Sabbatella también relevó el gasto que esto representa en el Presupuesto para el inciso de Autoridades Superiores que, lejos de decrecer, se incrementó en los últimos tres años. En 2006, era de 8,6 millones de pesos. En 2008, ya llegaba a 40,7 millones (Ruanova no tomó 2007 por ser un año de transición). En 2009, ascendía a 57 millones de pesos y en 2010, a 67 millones. Este año se gastarán aproximadamente 100 millones en cargos políticos de la gestión PRO.
¿Por qué el incremento en un año de campaña? Para Ruanova, “el incremento se explica por dos causas: la primera es coherente con el comportamiento que ha tenido el jefe de Gobierno en sus años de gestión, en los que ha incrementado año a año la planta política; la segunda es la aprobación de estructuras dentro de los ministerios de Gobierno”. El legislador sabbatellista indica que esta aprobación se dio a partir del decreto 684 de 2009, que permitió “un régimen gerencial para la administración pública de la ciudad y da lugar a la creación de direcciones y subdirecciones operativas dentro de la estructura gubernamental”. El informa de Ruanova plantea que “los funcionarios que ocupan nuevos cargos han sido designados en forma discrecional por resoluciones ministeriales siendo escasos los cargos concursados”.

sábado, 26 de febrero de 2011

Comunicado de prensa de la Comuna 15

Vecinos y organizaciones políticas y sociales de la comuna 15 decimos:

 TENIAMOS RAZON y Crevena no puede estar un día MÁS ocupando un cargo público

En una concurrida reunión convocada para la constitución del Pre consejo Consultivo, además de muchas irregularidades como actas adulteradas, manejos antidemocráticos y amenazas constatamos la presencia en el recinto de personal de la Policía Metropolitana de civil, tomando nota del desenvolvimiento de la asamblea.

Hecha la denuncia, el director del CGP 15, Ignacio Crevena desmintió una y otra vez ante los vecinos, la Defensoría del Pueblo y la Legislatura la presencia policial.
Finalmente el 19 de enero, en su  informe  la Policía Metropolitana admitió haber estado y a pedido de Crevena.
Ante esta situación decidimos movilizarnos y exigir al PRO la inmediata remoción de un  funcionario que ante la incipiente participación vecinal no duda en recurrir a métodos autoritarios y antidemocráticos. Es imposible que semejante personaje esté al frente de la comuna justamente en el momento en que necesitamos llegar al conjunto de sus habitantes para interesarlos y motivarlos a formar parte de esta nueva experiencia de participación popular.
Es claro que su proceder forma parte de lo que el PRO está haciendo en todos lados. Nos dejan una ciudad en crisis con problemas de inundaciones, educación, espacios públicos, salud y nos quieren hacer creer con costosas e insistentes propagandas lo extraordinario de su gestión. Nos abruman de mails  y encuestas, para espiar y reprimir cualquier intento de verdadera participación.

El lunes 28 de febrero a las 19 hs nos convocamos en la puerta del CGP 15 (Córdoba y Bonpland) para exigir su inmediata remoción del cargo.

  CONVOCAN: Asamblea J. B. Justo y Corrientes – Asoc. Amigos Parque Los Andes – Encuentro por la Democracia y la Equidad – Frente Progresista Popular –  La 15 Territorio de Participación –Mov. Proyecto Sur  -  M. T. R. La Dignidad –  Nueva Comuna – Partido Comunista – Partido Humanista  -  Partido Solidario –  Red por Bs. As. – UCR Ateneo Sgo. Pampillon - Unidad Socialista
 
Buenos Aires, 25 de febrero de 2011

Libia huele a traición


“Al que Fuera un gran Hombre”
Manuel Justo Gaggero (especial para ARGENPRESS. info)

Ludwig Van Beethoven, uno de los mas extraordinarios músicos de su época, nacido en Alemania y que viviera entre 1770 hasta 1827, dedicó una de sus magistrales sinfonías a Napoleón Bonaparte, cuándo este llevaba adelante los ideales de la Revolución Francesa en toda Europa.
En el momento en que se transformó en emperador, cambió su dedicatoria con una frase lapidaria, “al que fuera un grande hombre”.
Existen muchos casos en nuestra historia moderna de estas transformaciones, pero sin duda el que hoy está en el centro de la información internacional es Muammar Al Kahaddafi, el líder libio que para enfrentar lo que, sin duda. es un reclamo de mas libertad y mas democracia de su pueblo, utiliza un poderío militar desmedido, generando centenares de víctimas.
Pero cómo comenzó esta historia.
Libia es un país de un millón ochocientos mil kilómetros cuadrados, y cerca de seis millones de habitantes, es el noveno productor de petróleo de la OPEP y exporta el 80 % de su producción a Europa. El PBI por habitante es de U$S 12. 620, y la renta por las exportaciones petroleras alcanza a 90 millones de dólares anuales.
Su capital, Trípoli fue durante el Imperio Romano una colonia de verano y el principal puerto sobre el Mediterráneo.
A principios del Siglo XIX, la piratería que se cobijaba en este puerto fue la excusa o el pretexto para la primera intervención militar norteamericana en el exterior. En esa oportunidad Estados Unidos bombardeó la ciudad capital.
En 1911 esta nación fue invadida por tropas italianas, que ocuparon las principales ciudades. Luego de la primera guerra Mussolini envió una fuerza militar importante para someter al pueblo libio que enfrentó a los invasores.
El líder de la resistencia fue un maestro y guerrillero Omar Mukhtar, el que fue hecho prisionero y ejecutado.
En una película memorable titulada “El León del Desierto” Anthony Quinn personifica al héroe de la resistencia. Libia.
Durante la Segunda Guerra, el territorio libio fue escenario de importantes combates entre las tropas alemanas y las del Reino Unido, destacándose el alemán Edwin Rommel-conocido como “ el Zorro del Desierto” y el General inglés Bernard Montgomery.
Concluida la contienda, el país fue divido entre una zona de administración inglesa Tripolitania y Cirenaica- y otra a cargo de Francia.
Finalmente, por decisión de Naciones Unidas se le otorgó la independencia, uniéndose ambas regiones en el reino independiente de Libia, ocupando el trono, con la bendición de las potencias colonialistas, Idris al Sanusi.
En ésa época ingresaba al Ejército un joven nacionalista, hijo de beduinos nómades, que aspiraba a cambiar la situación de total entrega del país a intereses extranjeros. Muammar Al Khaddafi, inspirado en los éxitos del líder egipcio Gamal Abdel Nasser, funda en Londres -donde estudiaba técnicas militares - la Unión de Oficiales Libres.
De regreso a su patria continúa su labor política y conspirativa, iniciando el 1º de setiembre de 1969 una insurrección que rápidamente logra derrocar a la monarquía.
La caída del régimen contó con un gran apoyo popular, debido a la corrupción y la decadencia de la aristocracia, vinculada al capital extranjero.
El Consejo de la Revolución, liderado por Khaddafi se proclamó musulmán, nasserista y socialista, e inmediatamente inició un plan para eliminar las bases militares norteamericanas e inglesas, imponiendo drásticas limitaciones a las casi 60 empresas trasnacionales instaladas en el país.
Utilizando los enormes recursos provenientes del petróleo, se puso en marcha un ambicioso proyecto de modernización del país, con énfasis especial en el desarrollo de la agricultura.
Cada familia rural tenía derecho a 10 hectáreas de tierra, un tractor, vivienda, implementos agrícolas e irrigación.
Dado que su enorme desierto está asentado sobre un gran lago fósil inició una imponente obra de ingeniería para extraer el agua de este e irrigar las zonas dedicadas a la agricultura con una inversión de 24 mil millones de dólares.
En una década elevó la expectativa de vida a 75 años, la más alta de África, eliminó casi totalmente el analfabetismo y amplió la cantidad de jóvenes que accedían a los estudios universitarios.
En las ciudades se creó un régimen de previsión social, con asistencia médica gratuita y un sistema de estímulo a las familias numerosas.
A los trabajadores industriales se les concedió una participación del 25 % en las ganancias de las empresas.
El resultado de este plan global de transformaciones económicas financiadas por el petróleo, hizo que Libia, en un lapso de cinco años, pasara de ser el país más pobre del norte de África al que alcanzara el ingreso per cápita más alto del continente.
Las transformaciones políticas alcanzaron otro ritmo en 1977 cuándo se constituyera la Yamahiribia Libia Arabe Popular y Socialista-(Yamahiribia es un neologismo que significa estado de masas).
Si bien el coronel Muammar Khadaffi obtuvo éxitos positivos en lo interno, en el plano internacional fracasó en su intento de lograr la unión con Siria y Egipto para lograr un estado panárabe que enfrentara a Israel, ya convertido, por los Estados Unidos, en el gendarme del Medio Oriente.
Llegué a Trípoli en junio de 1982 para participar en un Congreso internacional convocado por el líder libio para enfrentar el imperialismo, al sionismo y terminar con el apartheid, del que participaban todos los movimientos revolucionarios de los países del Tercer Mundo.
El relato de lo que fue este encuentro, signado por las masacres de miles de palestinos en los campamentos ubicados en Sabra y Chatila ejecutadas por tropas israelíes, será motivo de otro artículo.
Lo que me impresionó en los quince días que estuve en Libia fue las transformaciones que se habían llevado a cabo no sólo en el plano económico, sino también en el terreno cultural.
Existía efectivamente un estado benefactor, los habitantes del país no pagaban la luz, ni el gas y en los grandes complejos habitacionales construidos en esos años, tampoco pagaban alquiler alguno.
La educación estaba al alcance de todos, lo mismo que la salud pública.
Kadhaffi, conociendo la concepción de su pueblo sobre el rol de la mujer, expresaba una posición diferente al haber confiado a estas su custodia.
Efectivamente, al hacerse presente en el Congreso que se desarrollaba en una impresionante carpa que alojaba a los casi 5 mil asistentes, lo hizo precedido de un grupo de diez mujeres uniformadas y armadas que conformaban su guardia personal.
Cuándo abandoné esa nación, impactado por los avances logrados, no imaginé lo que iba a pasar 28 años mas tarde.
4 años después de aquél Congreso, en 1986 durante el período de Ronald Reagan Estados Unidos bombardeó las ciudades de Trípoli y Bengassi, asesinando a la hija del líder libio de sólo 4 años.
La desaparición de la Unión Soviética, y la expansión de regímenes pronorteamericanos en la región, aislaron cada vez más al régimen libio, el que en el 2003 concertó un acuerdo con los Estados Unidos recibiendo, como ilustre visitante a George Bush -hijo-.
Aquél joven oficial que dirigió un proceso realmente revolucionario en su país se trastocó en un patético personaje, generando una aristocracia corrupta que dejó atrás el estado benefactor para beneficiarse a sí mismo, incrementando la desocupación -hoy alcanza a un 30 % de la población activa y no garantizando el acceso al trabajo de miles de jóvenes profesionales formados durante aquél período que se dejara atrás.
Estas Revoluciones democráticas que comenzaran en Tunez y han logrado la caída de regimenes sostenidos por Estados Unidos e Israel como los de Zine al Advine Ben Ali en aquél país y el de Hosni Mubarak en Egipto, hoy amenazan a Khadaffi.
Para el presidente estadounidense Obama el depuesto presidente egipcio era un “patriota” y, en cambio, el líder libio es un asesino al cuál le exige que detenga la represión.
Las invasiones, en este siglo, a Irak y Afganistán por parte de fuerzas militares estadounidenses hacen, que la advertencia de Fidel Castro sobre una posible invasión a Libia de fuerzas militares de la Alianza Atlántica -OTAN- lideradas por el Pentágono norteamericano, no deba caer” en saco roto”.
Dejemos que los pueblos decidan sus diferencias y saludemos el aire fresco que sopla en las naciones del Magreb.

Manuel Justo Gaggero es abogado, ex director del Diario “El Mundo” y de las revistas “Nuevo Hombre y Diciembre 20”.

Los gordos tiran la toalla, Duhalde al borde del KO

Calentando motores para la segunda independencia.

El plan económico del 2012

 Por Raúl Dellatorre

Dos anuncios marcaron esta semana los términos en que el gobierno nacional se prepara para gestionar la economía a partir de diciembre de este año, suponiendo un resultado favorable en las urnas cuando definan un próximo turno presidencial. Uno ha sido el lanzamiento del Plan Estratégico Industrial 2010/2020, que complementa a su similar para el área agroalimentaria anunciado el año pasado. El otro ha sido la sorpresiva –para muchos– decisión de sustituir la castigada Oncca por un nuevo organismo ejecutor en el que se dividirán tareas y compatibilizarán criterios tres ministerios. El primero, por lo que significa como definición de criterios y objetivos, y el segundo por lo que representa como cambio instrumental, ambos son anuncios llamados a rendir resultados en el mediano plazo. Representan transformaciones en el rol del Estado y dotar a éste de las herramientas para cumplirlo. Son, de alguna manera, decisiones que definen un plan económico.
No serán los únicos anuncios, seguramente. El martes próximo, cuando la presidenta de la Nación hable inaugurando la Asamblea Legislativa, quizá podrán escucharse nuevos indicios. Pero los ya lanzados contienen elementos suficientes para el análisis. La definición de una trayectoria de desarrollo industrial pretederminando los sectores a apoyar significa apostar a una planificación económica que no tuvo ejercicio práctico en casi medio siglo (desde 1974). Y define un rol activo del Estado para buscar un determinado perfil de desarrollo: privilegiar la incorporación de tecnología, promover la producción mano de obra intensiva, atender y alentar las economías regionales y el encadenamiento productivo local son algunos de esos elementos.
La definición, por ahora incompleta, es sin embargo suficiente para despertar el rechazo de quienes postulan la conveniencia de un Estado ausente, proclaman el libre mercado como panacea y consideran que si hay exclusión (de trabajadores desocupados, de pequeñas empresas que cierran) es por el bien de la economía en su conjunto y el aumento de la eficiencia. No es casual que ya haya habido expresiones señalando que sería preferible una rebaja en los costos laborales para mejorar el empleo, antes que involucrar al Gobierno en el desarrollo de sectores intensivos en el uso de mano de obra.
Pero con estos grupos empresarios –y con otros que no lo son pero se alinean y defienden los mismos intereses– las diferencias son insalvables. En definitiva, es la confrontación entre dos modelos opuestos. Menos obvio, y más interesante, es verificar si esta propuesta de crecimiento industrial planificado logra dar respuesta a las asignaturas pendientes del propio modelo.
Desde 2003, Argentina vive un proceso de crecimiento inédito. Semejante recuperación, acompañada de una política de explícito respaldo al consumo interno y protección del mercado doméstico para la producción local dio como resultado además una sustancial mejora del empleo. Pero la estructura económica sigue estando altamente concentrada. Pocas firmas dominan las principales ramas de actividad, particularmente en insumos fundamentales de la matriz productiva. Ese mismo esquema se repite en diversas ramas de insumos para la construcción (cemento, vidrio, plástico, aluminio). En rubros intermedios que suelen ser más importantes que la industria del producto final (envases para alimentos y bebidas) y hasta en la comercialización, la concentración desnivela la capacidad de negociación en favor de los menos.
Entre los varios efectos nocivos de este cuadro de situación, uno que no suele ser suficientemente percibido es el impacto sobre los precios. Con la única lógica de elevar la rentabilidad, muchas de estas empresas monopólicas han aprovechado una situación de alta demanda sostenida para torcer la distribución de utilidades en su favor, a costa de consumidores que pagan más alto el precio final o de otros eslabones de la cadena productiva o de comercialización que debieron resignar márgenes para no quedar afuera del negocio. Bien lo saben muchos empresarios pymes, varios en sectores prósperos, como el automotor, que se han visto desplazados por decisión de las terminales (o de sus casas matrices), que sustituyeron producción local de partes por abastecimiento importado. O proveedores de grandes cadenas de comercialización, frente a las cuales deben someterse a las condiciones que éstas les imponen: plazos de pago, entrega de parte de productos en consignación (que cobrarán sólo si se vende, si no le devolverán el producto) y hasta en algunos casos, la fijación del precio inclusive.
Un plan de desarrollo industrial quizá no sea suficiente para borrar todas esas inequidades, pero al menos dará lugar a la participación de más actores y la posibilidad de generar otras formas de comercialización. Las cooperativas y otros modos de asociatividad, organizadas en torno de políticas de creación de nuevos procesos de producción y comercialización, podrían ser un mecanismo para el fortalecimiento de los participantes más débiles o vulnerables de la cadena. No sería extraño ni ilógico, entonces, que los sectores productivos menos poderosos fueran los más interesados en el Plan Estratégico Industrial.
La otra definición importante en estos días de política económica con miras al mediano plazo es la decisión de disolver la Oncca y su reemplazo por la Unidad de Coordinación y Evaluación de Subsidios al Consumo. Aunque algunos se apresuraron a interpretar la medida como un “reconocimiento del fracaso del gobierno” y la aceptación de la demanda de la Mesa de Enlace, la suerte de la Oncca, al interior del Gobierno, es la crónica de una muerte anunciada. No porque fuera público, pero sí porque esta salida se venía considerando, por lo menos, desde noviembre de 2009. Para esa fecha, la Secretaría de Agricultura y Ganadería se convertía en ministerio y Julián Domínguez era puesto al frente. Pocas semanas antes –primeros días de octubre–, Juan Manuel Campillo, a propuesta de Néstor Kirchner, era designado al frente de la Oncca, con la misión de “reordenar” el organismo y sacarlo del foco de denuncia de la oposición. La Oncca, nacida en noviembre de 1996 como una oficina comercial sin ninguna pretensión de política intervencionista en los negocios agropecuarios (eran tiempos de franca retirada del Estado), fue convertida a partir de la gestión de Kirchner en un actor muy activo en materia de control del comercio exterior y de la regulación de precios internos de los alimentos bajo su supervisión (harinas y leche, fundamentalmente). La crisis de los precios de los alimentos a nivel mundial agigantó la importancia de su intervención, para evitar el traslado de los aumentos mundiales a la mesa de los argentinos. Finalmente, tantas necesidades parecieron exceder la capacidad de gestión (y decisión política) de esta “oficina de control comercial”.
Desde hace meses, entre el Ministerio de Agricultura y el de Economía (con fuerte presencia de la Secretaría de Comercio Interior) le venían buscando una salida a la Oncca. La presidenta de la Nación recibió por lo menos tres alternativas diferentes en enero de este año. Esta semana optó por la que ayer se publicó en el Boletín Oficial: una unidad coordinadora con participación de tres ministerios, cuatro secretarías y la AFIP. Al revés de lo que interpretaron medios y voceros de las entidades agropecuarias, con la disolución de la Oncca no desaparecen sus funciones, sino que el Estado las conserva y las jerarquiza.
El Gobierno busca darle un salto de calidad al control comercial agropecuario mediante la integración de las diversas áreas que entienden en el tema, incluso el Ministerio de Industria y la AFIP. En la medida en que la tarea interdisciplinaria funcione, el control se verá fortalecido. En los últimos días, el ministro Domínguez insistió en la necesidad de reformular todo el mecanismo de comercialización de granos en la Argentina. Si bien la transformación de la Oncca no es un paso en ese camino, podría ser perfectamente coherente con la creación de otro organismo o consejo de intervención en los mercados granarios. Vista en perspectiva, la redefinición de la Oncca significa el reordenamiento de las funciones de control comercial, pero dentro de una política más amplia y ambiciosa que la simple fiscalización. De allí que haya que leerla como un paso proyectado al mediano plazo, en un enfoque estratégico y en el marco del plan agroalimentario lanzado en 2010, que también se prepara para subir a escena en el 2012.

viernes, 25 de febrero de 2011

Raimundi profundiza

“Apoyamos para mantener el rumbo”



 Por Miguel Jorquera
De regreso a los claustros universitarios en las facultades de Derecho de la UBA y la UNLP, el ex diputado Carlos Raimundi dice no extrañar la actividad legislativa. Asegura que la oposición parlamentaria “más reaccionaria”, que prometía mayor calidad institucional, “intentó tres golpes de mercado fallidos” con la disputa por las reservas del Banco Central, la implementación del 82 por ciento en las jubilaciones sin asegurar su financiamiento y el rechazo al Presupuesto. Alineado con el Nuevo Encuentro que conduce Martín Sabbatella, insiste en respaldar la reelección de Cristina Fernández de Kirchner para “mantener el rumbo” y en enfrentar a Daniel Scioli en la provincia porque están “en contra de su política de seguridad y la política social clientelar”. “Esta exacerbación de la importancia de las colectoras tiene que ver con la funcionalidad de encontrar grietas e irritación entre Scioli y el gobierno nacional”, afirmó.
–¿Extraña la actividad parlamentaria?
–No particularmente porque sigo vinculado con la actividad política. He seguido la actividad y he notado como la insinuación que ha hecho la oposición más reaccionaria, inflada por el mensaje de los grandes medios, de que con una nueva mayoría parlamentaria se iba a mejorar la calidad institucional e íbamos a tener prácticamente un gobierno paralelo, y creo que sacaron una sola ley, la jubilatoria. Una ley con falta de anclaje real en la sociedad, que percibió que hubo mucho oportunismo y cinismo, al ver a quienes defienden a los grupos económicos y financieros concentrados convertidos en los nuevos descamisados.
–La oposición volverá a insistir con el 82 por ciento con una consulta popular vinculante.
–No es que no reconozca que hay problemas, e importantes, pero lo que vi el año pasado fueron tres intentos muy claros de golpes de mercado fallidos. El primero fue el del Banco Central, que terminó pagando parte de la deuda con reserva y volvió a acumular más reservas que las que tenía antes de pagar. El segundo fue el 82 por ciento y el tercero el Presupuesto. Y el año que auguraba una nueva calidad institucional terminó con un cachetazo, no como crónica, sino como símbolo de la impotencia.
–¿Cómo va a hacer NE para diferenciarse, aun con críticas, del oficialismo en las próximas elecciones?
–NE está apoyado sobre dos grandes columnas conceptuales. Primero, acompañamiento del rumbo. Segundo, autonomía absoluta, no solamente en no formar parte del dispositivo político electoral oficial, sino autonomía de pensamiento. A mí nadie me obliga a defenderlo a Insfrán por reprimir a los tobas en Formosa, no tengo que disciplinarme que me haga bajar el tono de mi crítica a la política minera de Gioja, o al accionar de la Policía Bonaerense en José León Suárez y Baradero. Se pueden cuestionar ritmos, falta de profundidad en algunas medidas, cierto pragmatismo, como quedó en evidencia que la tercerización de muchos trabajadores era una realidad que hay que resolver, o que la Federal, como quedó demostrado, no avanzó en su democratización interna como correspondía. Aunque el Gobierno finalmente reacciona frente a esos problemas.
–No va a ser fácil explicarlo.
–No me cuesta nada comunicar eso y creo que lo piensa muchísima gente.
–Los intendentes del PJ bonaerense ya criticaron el uso de colectoras.
–Hay un hecho concreto que es la ingeniería electoral con la posibilidad de usar o no colectora. Pero nuestra decisión de disputar la provincia de Buenos Aires no depende de esa ingeniería sino de una decisión conceptual, que son nuestras diferencias con la política de Scioli y con el estilo político territorial histórico del PJ. Desde NE creemos que la impronta de Scioli no es la que reproduce en la provincia las grandes líneas de las políticas nacionales. Ni compartimos su política en temas muy sensibles como la seguridad, la salud pública y la política social muy clientelar. Si un intendente hizo bien las cosas y tiene el apoyo de su pueblo no tienen de qué preocuparse. La exacerbación de la importancia de las colectoras tiene que ver con la funcionalidad, para algunos sectores políticos y económicos, de encontrar grietas e irritación entre Scioli y el gobierno nacional.

jueves, 24 de febrero de 2011

El gordo Delia lucha y vuelve

En la CTA y con Sabbatella

El secretario general de la CTA, Hugo Yasky, formalizó ayer el regreso de Luis D’Elía a la central obrera luego de seis años de alejamiento de la Federación Tierra y Vivienda (FTV) que conduce el líder piquetero. En un breve acto en la sede de la CTA, D’Elía manifestó su “emoción por volver a nuestra casa” y ambos dirigentes expresaron su respaldo a la candidatura a gobernador bonaerense del diputado de Nuevo Encuentro, Martín Sabbatella, al reiterar su visto bueno al plan del ex intendente de Morón de compartir boleta con la presidenta Cristina Fernández, que busca su reelección.

miércoles, 23 de febrero de 2011

Diplomacia policial paralela

Perjuicios de tener una diplomacia policial paralela

Por la fragmentación institucional y la rivalidad interfuerzas existen vínculos, sobre todo con EE.UU., que contradicen las políticas de seguridad de los últimos gobiernos.
El episodio del avión militar norteamericano que traía instructores y equipamiento para entrenar al Grupo Especial de Operaciones Federales (GEOF) de la Policía Federal Argentina constituye una de las manifestaciones elocuentes del autogobierno de nuestras instituciones policiales. En su marco, durante los últimos años, se ha desarrollado una diplomacia policial subterránea y paralela mediante la cual se han entablado estrechas vinculaciones con organizaciones policiales y/o militares de otros países, en particular, de los Estados Unidos.

Esos vínculos han sido, casi siempre, decididos por las cúpulas policiales criollas o, en su defecto, por algunas de sus secciones o dependencias internas. Casi siempre, enmarcaron o alentaron acciones inscritas en “actividades de cooperación” o de “asistencia técnica” cuyo contenido estaba abiertamente en contraste con las leyes y la institucionalidad de nuestro país o con las políticas de seguridad sustentadas por la administración gubernamental de turno.

Para muestra, basta un botón. A comienzos de febrero de 2007, visitó el país el entonces Secretario de Justicia norteamericano, Alberto Gonzáles, un verdadero “halcón” de la administración Bush. Luego de reunirse con el Ministro del Interior, Aníbal Fernández, a cargo de la seguridad interior, lo hizo con los titulares de las cuatro policías y fuerzas de seguridad federales, lo que, en sí, no se correspondía con el principio de conducción civil.

La primera pregunta que Gonzáles formuló ante los jefes policiales dio lugar a una comedia expresiva de la diplomacia policial paralela: “¿cuáles son las amenazas más importantes que se deben enfrentar en la Argentina?” Al unísono, los titulares de la Policía Federal Argentina, la Gendarmería Nacional y la Prefectura Naval señalaron impávidos que eran el terrorismo y el narcotráfico, es decir, exactamente lo que el anfitrión de la reunión quería escuchar.

Al suscrito, por entonces Interventor de la Policía de Seguridad Aeroportuaria, le tocó la desagradable tarea de desmentir esas afirmaciones señalando, a tono con la posición oficial del gobierno argentino, que la problemática del terrorismo era acotada y había al respecto una prolífica labor de inteligencia llevada a cabo por la Secretaría de Inteligencia de manera conjunta con la CIA. Y, sobre el narcotráfico, señalé que la Argentina era un país de tránsito de drogas ilegales, pero que el problema mayor que alimentaba el negocio criminal era el elevado nivel de consumo de esas drogas en los países centrales.

La diferenciación legal e institucional entre las esferas de la defensa nacional y la seguridad interna y, en su marco, de las funciones institucionales de las Fuerzas Armadas y las policías, respectivamente, constituye un basamento fundamental de la democracia argentina. No obstante, ese consenso legal e institucional ha sido reiteradamente ultrajado por la diplomacia policial paralela.

Durante todos estos años, fue constante la oferta de asistencia brindada por el “grupo militar” de la Embajada de los Estados Unidos para la adquisición de materiales o la capacitación a favor de las Fuerzas Armadas locales o de las policías y fuerzas de seguridad federales o provinciales. Este grupo constituye una sección dependiente de “Comando Sur”, que es el comando militar conjunto con jurisdicción en toda la región de América latina y cuya principal misión estratégica está dada por el “combate” contra el terrorismo, el narcotráfico y la criminalidad organizada. Muchas veces, esa oferta fue fervorosamente correspondida por los uniformados locales, al amparo de la ignorancia o el desinterés de los funcionarios políticos del ramo. El caso del GEOF constituye un buen ejemplo de esto.

Asimismo, no es menos prolífica la labor desplegada por la Drug Enforcement Agency (DEA) en nuestro país. Esta agencia, cuyos intereses y perspectivas sólo ocasionalmente son convergentes con las políticas oficiales en materia de control del narcotráfico, no es proclive a establecer mecanismos transparentes de cooperación y asistencia recíproca con las policías de nuestro país. Prefiere tener algún tipo de influencia o control soterrado de secciones o unidades de las policías federales o provinciales que les resulten clave para sus objetivos de obtención de información o para la incidencia en el negocio del narcotráfico en nuestro país.

En gran medida, ello lo consigue financiando la realización de cursos en Estados Unidos para algunos oficiales criollos que, a partir de entonces, se convierten en personas de confianza o directamente empleados de la DEA. También donan equipamientos o brindan informaciones que les permiten a las policías o secciones nativas lucirse incautando gran cantidad de drogas en procedimientos que casi nunca suponen la detención o desarticulación de los miembros de las bandas narcotraficantes.

No parece casual que sea la propia DEA la más interesada desde hace mucho tiempo en que la Argentina no cuente con una dependencia superior del gobierno que concentre las responsabilidades de formulación de las políticas y estrategias de control de la criminalidad organizada así como la conducción de un dispositivo policial unificado y especializado en el control de la criminalidad organizada. Prefiere la fragmentación institucional y la rivalidad interfuerzas que prima en la actualidad.

Todo esto ha sido posible gracias a la diplomacia policial paralela y al tradicional desgobierno político sobre la seguridad pública que la actual administración apunta a erradicar mediante la creación del Ministerio de Seguridad.


lunes, 21 de febrero de 2011

"Scioli no representa a Cristina"

Elecciones 2011
Sabbatella: "Scioli no representa a Cristina"



  



El diputado nacional sostuvo que con su candidatura a gobernador quiere "poner en sintonía a la Provincia con la Nación".



El ex intendente de Morón y diputado nacional, Martín Sabbatella, advirtió que el gobernador Daniel Scioli "no representa" al modelo impulsado por la presidenta Cristina Fernández y lanzó duras críticas hacia la política de seguridad en la provincia de Buenos Aires.

Sabbatella ratificó su alineamiento con el proyecto nacional que encabeza Cristina, pero a la vez se paró como fuerte opositor a la gestión de Daniel Scioli en la provincia de Buenos Aires.

El candidato a gobernador bonaerense por Nuevo Encuentro señaló: "Apoyamos este proyecto de transformación que conduce la presidenta y queremos su reelección, pero a la vez tenemos una posición muy crítica con la gestión provincial. Creemos que no representa la idea del gobierno nacional".

En declaraciones a Asteriscos AM, por Radio El Mundo, Sabbatella sostuvo que con su candidatura a gobernador provincial por el espacio de Nuevo Encuentro, se quiere "poner en sintonía a la provincia con la nación".

Entre las principales diferencias de su fuerza, Nuevo Encuentro, con la gestión oficialista bonaerense, Sabbatella criticó que Scioli tenga una mirada "punitiva y facilista" de la problemática de la seguridad en ese territorio.

"La Nación dio un gran paso con la creación del Ministerio de Seguridad y el nombramiento de Nilda Garré, que busca democratizar a las fuerzas de seguridad, mientras en la provincia se desprende un discurso opuesto casi represivo y con recetas que no funcionan", advirtió Sabbatella.

El dirigente defendió su posición política sobre la necesidad de un abordaje "integral" para combatir la inseguridad y consideró que en la actualidad se está "mejor que en 2001 en esa área y tenemos el índice estadístico más bajo de delitos de menores que mucho países desarrollados".

"Creemos que hubo un gran cambio con la asignación Universal por hijo, aumentó la matrícula, hay otras acciones en al provincia de Buenos Aires. Reconozco que existe un tema preocupante con la delincuencia pero no se resuelve con más mano dura", advirtió el legislador.

Sobre su propuesta de gobierno sobre este tema , además de la "política integral" propuso una gran "renovación y depuración de la policía, para además dotarlos de mas tecnología y eficiencia".

"Nos preocupa el tema de los menores, pero tenemos una diferencia, cuando muchos ven un chico de 13 años que puede estar en esa zona de marginalidad, algunos lo ven como un potencial delincuente, nosotros como un potencia maestro u obrero", dijo Sabbatella.

Con respecto a otro tema clave de la agenda social como es la inflación, Sabbatella sostuvo que si hay aumentos de precios es por "responsabilidad de muchos empresarios que aumentan porque quieren ganar más".

domingo, 20 de febrero de 2011

El viejo truco del endeudamiento de Estado

EL PAIS › MAURICIO MACRI QUIERE VOLVER A ENDEUDAR A LA CIUDAD Y TODAVIA NO USO EL ULTIMO PRESTAMO QUE ADQUIRIO

Más plata para seguir perdiendo plata

La Ciudad lleva perdidos 30 millones de pesos por no utilizar el dinero que pidió prestado el año pasado. Era para subtes, pero terminó en Educación y en AUSA, donde tampoco fue ejecutado. El único negocio fue de los intermediarios en la operación, vinculados al PRO.
 Por Werner Pertot
Mauricio Macri intentará esta semana que la Legislatura apruebe un nuevo endeudamiento por 483 millones de dólares. El préstamo que contrajo hasta ahora plantea una combinación de ineficiencia y denuncias de corrupción. El dinero fue obtenido para ampliar la red de subtes y no pudo ser utilizado porque no estaban hechas las licitaciones. Lo colocaron en un plazo fijo, donde se fue depreciando (se calcula que se perdieron unos 30 millones de pesos). Luego destinaron parte de esos fondos a AUSA y a Educación. En ninguno de los dos casos se ejecutaron las partidas. La Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ) presentó una denuncia penal contra la gestión macrista, ya que en la operación en la que se adquirió la deuda participó el ex dirigente de Recrear-PRO Edgardo Srodek, cuya empresa se embolsó una comisión de más de dos millones y medio de dólares (ver aparte).
En el Presupuesto 2011, que se tratará el próximo jueves, el gobierno de Macri prevé un nuevo endeudamiento por 483 millones de dólares. Si logra que se apruebe el presupuesto, cuando quiera concretar la operación Macri requerirá una nueva ley especial que lo autorice a tomar esa deuda, que equivale a 1935 millones de pesos. De ese dinero, 1200 millones son para pagar intereses de deudas ya contraídas y otros 735 millones de pesos serían para obras nuevas. Por la operación, los macristas plantean que se pueden llegar a pagar hasta 50 millones de pesos en comisiones. Déjà vu.

Tango feroz

En 2010, Macri consiguió que la Legislatura lo autorizara a endeudarse por 475 millones de dólares. Lo hizo a través del Bono Tango S8, que se emitió en marzo y abril de 2010 para extender las líneas A, B y H del subte y que tenía una tasa de interés muy alta, que provocó críticas de los opositores porteños. Sin embargo, el dinero no se utilizó y las obras no se iniciaron porque no estaban hechas las licitaciones para la línea H. La empresa estatal Subterráneos de Buenos Aires (Sbase) le dedicó a la noticia un simpático título: “Con dinero, pero sin licitaciones”.
La plata sin destino fue pesificada y, del total de 1843 millones de pesos, 600 millones de pesos se colocaron en Letras del Tesoro Nacional, que dan un interés del 12 por ciento anual. Los otros 1243 millones se depositaron en un plazo fijo en el Banco Ciudad, que da un interés anual de 6,5 por ciento. Como los bonos tienen una tasa del 12,5 por ciento, la diferencia entre lo que se debe pagar en intereses de deuda y lo que se gana con esos plazos fijos resultó en una pérdida de 30 millones de pesos para la Ciudad.
Todo esto se hizo sin la autorización debida de la Legislatura, que Macri debió buscar cuatro meses después, cuando los opositores porteños pusieron el grito en el cielo. La tasa elevada implica que la Ciudad debe pagar 59.375.000 dólares por año en intereses. Son 235 millones de pesos: más de lo que la gestión macrista destina a Educación (en 2010, gastaron 107 millones) o a Vivienda (74 millones). Desde el inicio del gobierno de Macri, los intereses de la deuda se incrementaron un 107,6 por ciento y se duplicó su participación relativa en el gasto total.

Plata quemada

La polémica a raíz de que el gobierno macrista consiguió un crédito y lo dejó durmiendo en los bancos llevó a que se discutieran otros usos para esos fondos en la Legislatura. Una parte del dinero (30 millones de dólares) fue enviado para hacer obras de infraestructura en Educación. Sin embargo, como publicó este diario, esa cartera tuvo una ejecución del 33,6 por ciento. Dejó sin gastar 211,7 millones de pesos. La plata no se usó.
El 5 de agosto del año pasado, el macrismo consiguió otra autorización de la Legislatura para enviar parte de ese dinero (150 millones de dólares) a AUSA para hacer pasos a nivel en distintos barrios. Esta vez se hicieron las licitaciones, pero los funcionarios PRO se saltearon pasos: no hicieron las audiencias públicas, ni los estudios de impacto ambiental.
Los vecinos presentaron diversos amparos y la Justicia porteña frenó las obras porque no cumplieron con esos pasos requeridos. En uno de esos fallos, la jueza Elena Liberatori advirtió sobre el “incumplimiento de una instancia previa de participación ciudadana”. El juez Juan Vicente Cataldo también detuvo la construcción de otros 15 pasos a nivel. Los vecinos de Villa Pueyrredón, Coghlan, Agronomía, Núñez, Villa del Parque, Villa Devoto y Saavedra habían cuestionado que no se había realizado el estudio de impacto ambiental, la audiencia pública y que el esquema que había diseñado el PRO no resolvía el problema del tráfico.
“Los ‘sapitos’, los pasos a nivel, que ellos pensaron no reemplazan barreras. Este fue el elemento más problemático. En Núñez pretenden hacer ocho bajoniveles en 12 cuadras”, graficó el legislador de la Coalición Cívica Sergio Abrevaya. “No han respetado los lineamientos del plan urbano ambiental, que plantean eliminar los pasos a nivel donde hay flujo de circulación de transporte público”, señaló el ibarrista Eduardo Epszteyn. La polémica sigue barrio por barrio y el dinero continúa sin usarse.
¿Qué ocurrió con los otros 100 millones de dólares que estaban destinados al subte? Según pudieron corroborar los opositores, también permanecen en el banco. Las licitaciones comenzaron a fin del año pasado. “Quedaron mal parados al no poder utilizar el dinero. Salieron con estos salvatajes, como mandar el dinero a AUSA y luego no poder usarlo. O mandar a educación y subejecutar las partidas”, advierte Martín Hourest. “Ellos vinieron con un sistema de deuda, que se llama rollover: tomo dinero y voy pateando los vencimientos”, indicó el legislador de Igualdad Social. “Este sistema lo tenían asegurado sobre la base de que siempre les aprueban los presupuestos. Van a tener que discutir cómo ahora pueden endeudarse con tasas de un dígito y con comisiones más bajas, cuando hicieron el endeudamiento anterior para tener la plata parada”, estimó el economista de la CTA. El debate llegará al recinto de la Legislatura este jueves.

viernes, 18 de febrero de 2011

El Pro es la gestión pública sin sentido


El PRO huele a viejo

Cuantos reflejos del pasado encierra la candidatura de Miguel del Sel en el Pro de la Pcia de Santa Fe o la del sojero terrateniente Olmedo en Salta. Ecos perfectos de una de las etapas más perversa de la historia argentina en donde poderosos aparatos empresariales cooptaron las instituciones democrática como ser los partidos políticos y los convirtieron en factorías virtuales vacías de participación popular, vacías de debates, dejando de formar cuadros problematizadores del país porque ese lugar estaba reservado para los yuppies financieros o tanques de pensamiento. El capitalismo financiero impuso así su triunfo sobre el desarrollismo y en el país paso a ser  más importante un gerente de finanzas que un Investigador o un intelectual.
El Pro es la caricatura perfecta del neoliberalismo de los 90. Se ríe de la política, la desprecia igual que al hombre humilde que sale con un bolso de herramientas a las 05.00hs de la mañana para ganarse su pan.
Los Propersonajes que se inmaculizan demonizando todo lo que provenga de la acción política militante y del Estado como regulador social. Estado que aborrecen cuando les reclama aportes y responsabilidad social pero que siempre apetecen controlarlo o maniatarlo si no son gobierno. Al Estado lo conciben como un instrumento de sojuzgamiento de la clase trabajadora, como aparato de disciplinamiento de los intelectuales y como modelador de la opinión pública para estandarizar a la ciudadanía. Pero el Estado es la palanca de su enriquecimiento y el arma más eficaz de represión al servicio de la inmovilidad social que los encuentra a ellos en la cúspide de los privilegiados. Fuerza y ley de su lado para legitimar el saqueo, control de las variables macroeconómicas para que siempre desnivelen en favor de sus empresas, aturdimiento cultural para adormecer a las masas promoviendo la desmovilización y el individualismo, en definitiva vaciamiento del sentido del Estado.
El Pro elige a Miguel del Sel y seguro a otros caraduras mediáticos, Menem elegía al soldado chamamé, Palito Ortega o Ricky Maravilla, es lo mismo. Desnudan así sus baches, su falta de cuadros comprometidos con la gestión pública, confiesan de esta forma que lo público no les interesa y entienden que cualquiera puede estar allí ejerciendo el sin sentido.
El Pro promete lo nuevo, confiesa su destilada forma de hacer política que dicen: es tan pura y moderna que deja de ser política… es otra cosa que nunca descifran. El Pro dice que huele a nuevo y por eso los porteños (expertos consumidores compraron y bebieron). Ahora es tiempo de realidades, de verdades, la copa amarilla está llena y su aroma sabe tanto a los viejos y conocidos sabores del conservadurismo reaccionario criollo que apesta. Habrá que animarse entonces a probar nuevos sabores, nuevas formas, nuevas copas, nuevos encuentros en donde la política vuelva a ser el mejor camino para descubrir sentidos.

Ricardo Barrientos

jueves, 17 de febrero de 2011

Ladran Martin...

Herodes, Scioli y los intendentes

Se hace colectora al andar

 Por  Mario Wainfeld
Poco a poco, no sin sorpresa, políticos y jueces implicados se van convenciendo de que se cumplirán las primarias fijadas por la ley nacional. Nada es seguro en estas pampas, ni siquiera (¿menos que nada?) el cumplimiento de las reglas, pero la sensación cunde. Los partidos políticos y los juzgados electorales hacen sus aprestos.
La ley tiene sus bemoles, que serán más patentes según se acerquen los comicios pero la mejora una virtud cardinal y otra comparativa. La cardinal: tiende a procurar mayor participación ciudadana y a emprolijar el sistema de partidos. La comparativa: el sistema actual es caótico, sin ningún encanto, desacreditado. La proliferación de partidos inexistentes afea las mesas de votación, nada mejora la expresión de la pluralidad de ideas, permite la subsistencia de microemprendimientos de nula representación. Sirve el auspicioso ejemplo de la provincia de Santa Fe que tenía uno de los regímenes más capciosos y derivó a una legalidad valorable. Si se despeja la hojarasca de disputas (válidas o al menos inevitables) serán los partidos y, sustancialmente, los santafesinos quienes ordenarán el tablero. En la competencia nacional, el tránsito será más lento y escarpado pero, opina el cronista, por un camino más institucional.
Desde luego, el apego a la ley no está extendido en la clase política. El electorado contribuye porque no está probado que castigue a quienes infringen las reglas o las acomodan a su antojo. Los gobernadores fijan los calendarios provinciales según sus conveniencias locales. A todos hay que reconocerles sinceridad: suelen verbalizarlas en el ágora. El jefe de Gobierno Mauricio Macri analiza sus movidas en público: adelanta, atrasa, unifica... El gobernador riojano Luis Beder Herrera explicitó por qué le conviene desdoblar provinciales y nacionales. Ninguno excepciona la regla ni resalta por contraste.
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Las candidaturas “testimoniales” fueron el engendro de moda en 2009. El Frente para la Victoria (FpV) las maquinó y las implementó con saña tenaz en la provincia de Buenos Aires. En dosis menores, fuerzas opositoras usaron el recurso. Las responsabilidades respectivas eran diferentes, cuestión de proporciones, pero la irregularidad no se confinó en las fronteras del FpV.
En estas semanas, la mira se centra en las “colectoras”. No están prohibidas. Ergo, no son ilícitas, se asientan en un vacío normativo, entre los sistemas provincial y nacional. En cambio, la legalidad de las testimoniales era entre dudosa y nula. Para colmo, cuando las puso en cuestión, los candidatos mintieron sobre su intención, archiconocida. Los candidatos de las colectoras exponen sus ambiciones y sus preferencias, nada falsean.
Así como Herodes quiso ultimar a todos los bebés para matar a uno en especial, las diatribas genéricas contra las colectoras enfilan hacia una: la de Martín Sabbatella. El peronismo bonaerense hace del tema un casus belli, que divide aguas. Los medios opositores, que siempre le juegan unas boletas a placé a Daniel Scioli, suman sus voces. Allegados al gobernador y un número alto de intendentes rezongan de lo lindo. Con otras palabras, acusan a Sabbatella de “entrismo”. Le niegan sinceridad ideológica, lo defenestran como un “progresista”, un adjetivo descalificativo muy severo, después de la desaparición de Néstor Kirchner. Lo imputan por renegar de (y conspirar contra) la mítica unidad justicialista.
En verdad, las citas doctrinarias son un rebusque, lo que importa son los votos. Una posible candidatura de Sabbatella podría sumarle a Cristina Fernández de Kirchner, en tanto se los restaría a Scioli. Ese es el nudo de la cuestión, el núcleo del fastidio bonaerense y del apoyo del oficialismo nacional.
El acuerdo con Sabbatella tiene larga data, fue alentado en vida por Néstor Kirchner. Bien mirada, la táctica no innova: también en 2007 se fomentaron coaliciones pensando en congregar votos en la nacional. Julio Cobos llegó así a la vicepresidencia, refunfuñan los críticos. Cristina llegó así a la presidencia, replican los apologistas.
Todos presumen que Sabbatella puede imantar una cifra apreciable de votos, de dos dígitos. “Nos saca el 10 por ciento de los votos” claman al cielo compañeros bonaerenses de postín. El cálculo peca de mecanicista, pues es bien creíble que Sabbatella interpele (en buena medida) a ciudadanos no dispuestos a apoyar a Scioli. La imaginería de votantes cautivos llevados de las narices por sus referentes tiene poco asidero en la empiria de elecciones previas. Y parece poco adecuada en el caso de Sabbatella, un vecinalista que devino figura nacional. No acumuló ese capital político colándose bajo la sombrilla del PJ, sino diferenciándose de él, apelando a la tijerita y al corte de boletas.
Todo es móvil y provisorio en el escenario, también los pronósticos. Hecha la salvedad, el cronista cree que con las coordenadas actuales la intromisión será metabolizada por Scioli, quien será un hueso más duro de roer en otros tiras y aflojas. Colectoras surgidas de líneas internas del FpV, por ejemplo. O la integración de la fórmula a gobernador. O la nómina de diputados provinciales. El gabinete ya lo manejó desde 2007, con un sesgo mucho más similar al del peronismo convencional que al mejor perfil del kirchnerismo.
Intendentes, legisladores y punteros con rostros curtidos y ambiciones ostensibles se reúnen a diario con el gobernador. Los regateos son constantes, la vicegobernación un bocado apetecido. Uno de ellos, sin resignar la antesala y la conversación diaria, sincera sus resquemores. Optimista de la voluntad pero pesimista de la inteligencia, augura: “Daniel va a decidir eso, aunque llegarán sugerencias desde la Casa Rosada”. ¿Sugerencias, presiones?, procura precisar el cronista. Nuestro caudillo suburbano piensa más en el savoir faire: “Pepe Pampuro o Carlos Zannini pueden convencerlo de que más le vale llevar a un peronista bonaerense de izquierda para contrapesar la presencia de Sabbatella. Gabriel Mariotto, Jorge Taiana...” fantasea y ejemplifica. El contertulio de este diario se lleva bien con los dos protagonistas mencionados. Nadie es del todo inocente en los análisis, nadie juega una sola ficha ni en un solo tablero.
La colectora más afamada suscita divergencias de intereses entre dos aliados que lo son, con vicisitudes llamativas, desde 2007. El centroderecha político y en especial el patronal apuestan a que se fisure ese frente. El mediático confunde, con rara asiduidad, lo que informa con sus afanes políticos. Van en pos de una sutil variante de la profecía autocumplida: la instalada y luego concretada.
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La crisis de representación se tradujo en la atomización de los partidos, la potenciaron conductas de protagonistas centrales y de reparto. Los líderes políticos acentuaron su decisionismo y su dominación interna. Es cada vez más usual y tolerado que tomen decisiones que antaño surgían de internas o de las estructuras partidarias. En la Ciudad Autónoma, por ejemplo, los principales candidatos de la Coalición Cívica, el FpV y el PRO serán o ya fueron digitados por Elisa Carrió, Cristina Fernández o Mauricio Macri. Y puede haber más casos. En comparación, las primarias nacionales son un avance, hasta un salto de calidad.
“Por debajo” también prolifera la inorganicidad. Legisladores de todo pelaje y calidad cambian de bancada o de pertenencia partidaria con asiduidad. La dinámica parlamentaria incentiva a los bloques chicos o individuales (un hallazgo criollo). Se les conceden prerrogativas y recursos que no tienen correlación con su caudal electoral sino con canjes políticos en el Congreso.
Superar ese estado de cosas, que tributa al vasto fenómeno que fue la crisis de principio de siglo, no será sencillo ni se logrará por una modificación legal. Todo lo que impulse más y mejores instancias de participación ciudadana formará parte de la solución, que demandará años.
En el devenir, se acerca la seguidilla de elecciones, acomodadas en cada provincia por el que ejerce el Ejecutivo. Otra de las constantes nacionales: nadie que tenga oportunidad se priva de buscar ventaja, nadie cumple todas las reglas, nadie se priva de tirar una zancadilla. Resultaría raro que fuera de otra forma, en un país que tiene al truco como deporte nacional.